lunes, 19 de mayo de 2014

Martín Fierro: el fracaso de querer ser Hollywood

Pasó una vez más: los Martín Fierro no colmaron las expectativas de un público que es devoto de las entregas de premios al estilo Hollywood. Los Oscars, el Festival de Cine de Cannes, la Gala del Met y los mil y un eventos de música han moldeado la vara con la que se mide el éxito de 'la fiesta de la televisión y la radio' de la Argentina. Y ese es el primer error.

El año pasado, en un intento de 'glamourizar' la entrega de los Martín Fierro, los organizadores pensaron que el Teatro Colón era el mejor escenario para que las estrellas locales se lucieran. Si bien sumó mucho ver desfilar a las actrices en las exquisitas escaleras y muchas personas pudieron conocer el Colón por dentro, la queja de los invitados fue unánime: 'nos morimos de hambre'. 

Asi que bien, este año volvió el formato conocido: salón principal de hotel de lujo, mesas asignadas, cena, bebida y escenario. Como una fiesta de 15. Y otra vez no gustó. Creo que el error principal nace de las ganas de ser algo que no se es. Buenos Aires no es Hollywood y muy a pesar de aquellos que lo desean, nunca lo será.

Es sabido que el argentino promedio considera que lo exterior, lo ajeno, lo que viene de Europa y Estados Unidos, siempre suele ser mejor que lo local. Pasa con las películas (El secreto de sus ojos se transformó en la mejor película solo cuando ganó el Oscar), con la música (Gustavo Santaolalla fue reconocido en su propio país solo luego de haber ganado el Oscar) y con el diseño en general. 

Pienso que esta idea fue la que rigió a la hora de organizar los Martín Fierro: la selfie en vivo para luego viralizar en Twitter y la alfombra roja (ellos la llaman 'red carpet') con opinólogos que hacían desfilar a las celebridades son copias exactas de eventos internacionales. Si hasta se copió la pared simil arbustos que separaba a los fotógrafos, ya vista en la Gala del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.

Si los organizadores encauzaran toda esa energía plagiadora en pensar un evento que tenga características propias y que se destaque por eso, la historia sería otra. Al fin y al cabo, el premio hace honor a la obra de José Hernández: el gaucho Martín Fierro es el epítome del ser argentino. 

Pero nosotros hacemos todo lo posible por olvidar cómo ser argentinos. 


La farándula nuestra de cada día.







Presten atención a la pared que separa a los fotógrafos y periodistas de la alfombra roja: es igual a la de la Gala del Met, con la única diferencia que la de los Martín Fierro era un decorado y la del Met, era arbusto real.











4 comentarios:

  1. que merde hacia el mago sin diente ahi jajaja tamos en la b! ajaja

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    1. Son las estrellas que tenemos. Hagámonos cargo, che.

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    2. No, tenemos mejores estrellas que esas, pero los organizadores no tienen criterio alguno.

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