jueves, 6 de junio de 2013

Ridículo o no: esa es la cuestión.

'Del ridículo no se vuelve', probablemente sea, junto a otras frases del estilo 'Aunque la mona se vista de seda, mona queda', una de las más usadas en el ámbito de la moda. Suele suceder que las frases repetidas hasta el hartazgo pierden su verdadero significado, como si cada vez que alguien las pronunciara, por arte de magia, su sentido se vuelve un poco menos tangible.

A raíz de esta frase tan popularmente conocida surge una pregunta: ¿quién dictamina qué es ridículo o no? ¿Habrá un jurado en algún lugar del planeta que señala a Kim Kardashian vestida como un sillón de abuelita en la Met Gala y la manda al infierno de los ridículos? No lo sé. Por lo pronto, lo que sí sé, es que la RAE (Real Academia Española) define que un objeto es ridículo cuando por su rareza o extravagancia puede mover a risa. Además, aprendí que un ridículo era una bolsa de red que las señoras adineradas del Siglo XVII usaban para llevar el pañuelo y 'otras menudencias' (no de pollo, espero). No tenían celular ni lápiz labial, pero la mujer desde que es mujer, necesita cargar algún tipo de bolso para llevar las cosas que considera indispensables. Esa costumbre no se perdió.

Para no irme de tema y correr el riesgo de que este post se trate de algo que no quise, retomo el asunto de la ridiculez. Luego de pensar por varios minutos con un pastoso jazz de fondo, llego a la conclusión de que es mejor arriesgarse a verse ridícula antes que pasar como una más. Nada más aburrido e impersonal que ser parte del montón, parte de un ejército de chicas de pelo largo, calzas de colores estridentes y zapatotes de plataforma entera. Ay, esos zapatos. Si formase parte de los jueces que dictaminan qué si y qué no, castigaría a todas las que se dejaron llevar por la marea de la tendencia sin darse cuenta que son lo más antiestético que existe. A nadie le quedan bien, a nadie.

Siento que hay algo de diversión en esa delgada línea que separa lo cool, lo arriesgado, de lo ridículo. Nadie recuerda a alguien que se ve y se comporta exactamente igual a los demás. Quienes entienden este punto, son los que mejor la pasan a la hora de vestirse a diario. ¿De qué lado estarás? Yo prefiero divertirme, siempre. Y correr el riesgo.

Un ridículo francés de 1855.



Lady Gaga se debe divertir muchísimo. Bien por ella.



Kim Kardashian en la Met Gala 2013.







2 comentarios:

  1. me encanta como escribis. los que no sabemos nada de moda suponemos que con un escrito del tema ya bastaría, peor vos sacás tema de lo que sea y me divierte. lindo blog.

    ResponderBorrar