jueves, 22 de agosto de 2013

Marcelo Giacobbe, un hombre de suerte

El atelier de Marcelo Giacobbe es perfectamente pequeño, luminoso, acogedor. Me reciben él, su gata y una suave música de fondo. En un costado, dos percheros gigantes ostentan prendas en colores pasteles con volados, tules, cristales, cueros calados. Dan ganas de zambullirse en ellos, olerlos, tocarlos.

Nos sentamos y mientras Marcelo desayuna té con galletitas de salvado, comenzamos a charlar sobre su ética de trabajo, sus musas, sobre el inminente viaje a New York Fashion Week. Allí presentará por primera vez una colección, la misma que pudimos ver en Bafweek, Nereidas. Muchas personas coincidieron en que fue el mejor desfile de todos. Yo soy una de ellas.

Al final de la charla llegaré a la conclusión de que Marcelo es, como alguna vez dijo su abuela, un hombre que además de tener suerte, tiene oficio, talento y unas ganas de crecer constantes. Ese es el secreto de su éxito: trabajar y tener una cuota de suerte. Como dirá él, “pretendo ser una persona real y que mi trabajo hable por mí”.  En eso está.

¿Cómo te enteraste que viajabas al New York Fashion Week para mostrar tu colección de verano?

Me enteré cuatro días antes de mi desfile en Bafweek. Yo soy súper relajado, no me asustan estas cosas. Una vez que tengo toda la colección hecha, ya está. Si querés controlar todo lo que va a pasar, no funciona y vas a gastar energía en algo que no podés manejar. A veces te va bien, a veces te va diferente: muchas veces lo malo trae cosas buenas. En este caso no creo que nada salga mal. Ya todo el trabajo de volverme loco lo hice preparando todo para Bafweek.

Te definen como diseñador emergente, pero a la vez sos uno de los consagrados dentro de este circuito. ¿Vos cómo te ves?

Yo no creo en las divisiones de diseñador consagrado, emergente y de autor. No quiero que me digan que yo hago diseño de autor, creo que existen pero yo no me considero uno, para mi ese título es redundante. Me da miedo que se genere una idea de que los emergentes hoy están y mañana, no. En muchos casos pasa que desaparecen porque es muy difícil mantenerse. Yo me considero un diseñador y punto. Si bien desde 2009 trabajo bajo mi nombre, no tengo dos años de experiencia, hace diez años que vengo trabajando. Yo creo en lo que puedo hacer y cada colección, cada prenda es una aventura.

Tus colecciones están inspiradas en mujeres argentinas que han hecho historia: Eva Perón, Lola Mora, Alfonsina Storni. ¿De dónde viene esta fascinación?

Mi motor de inspiración es la naturaleza humana. Los diferentes tintes que uno tiene. Mi paleta está inspirada en los colores del atardecer. Nosotros tenemos miles de colores, los seres humanos tenemos diferentes tintes. El tipo de mujeres que a mí me atraen son reales, no son mujeres que están vistas por un hombre y que responden a la visión machista. Son mujeres que se miran a sí mismas. De Eva Perón me interesó el modo en que ella se mostraba, tan fuerte y monstruosa, pero en su interior era muy frágil. Yo creo que Eva generó algo que no pudo manejar, su imagen la pisó, fue presa de su voz. De Alfonsina Storni no podía entender cómo alguien que lo tenía todo quisiera quitarse la vida. Después cuando crecés te das cuenta que existen otros matices y que tener todo no existe. Yo pensaba que Lola Mora había sido una mujer jodida, pero cuando ves las respuestas que daba, te das cuenta que quizá sufrió por no haber sido comprendida. Era una mujer tan pequeña y aún así pudo crear una explosión de agua, Las Nereidas.

Muchos de los materiales que usaste en tu última colección se destacan por su fragilidad: organizas de seda, tules, cristales, cueros calados. ¿Es algo que también relacionás con la naturaleza femenina?

La fragilidad forma parte de lo que hago. La colección Nereidas habla de un corazón roto y del proceso de sanación, de encontrar tu voz. En algún momento tuve el corazón roto, pero ya no. Trabajé la escultura desde un lugar líquido y no sólida como mi colección anterior. Yo creo que el material habla, tiene que ver con cómo vas a usar las cualidades del material para que se luzca. Si el material se luce, te lucís vos. Lo mismo pasa con las clientas, hay que encontrar sus puntos fuertes y destacarlos, para que pueda ser ella. No funciona ser otra. No trabajo con  mujeres que vienen con la idea de ser otra.

¿Cómo es el proceso creativo? ¿Cómo materializás una idea abstracta en un vestido?

Hago un bosquejo pequeño que me permita ver la moldería, que la hago toda yo. Después lo corto, lo hilvano, lo pongo en el maniquí, lo mido, es como armar un rompecabezas. La imagen completa no la tenés hasta el final, siempre es una sorpresa. Cuando pienso una colección trato que tenga que ver con la canalización de un sentimiento. Mis colecciones siempre hablan del amor, ya sea amor por uno mismo o por otro, hablan de un encuentro. Siempre recurro a un momento de mi vida: íbamos caminando con una amiga por Berlín, estábamos abrazados porque hacía mucho frío, cuando ella me dice que mire los colores del atardecer. Sentí que mi cabeza se metía en un bouquet de rosas blancas. Siempre intento volver a ese sentimiento para crear mis colecciones. No queda solamente en lo visual, también trato de capturar el aroma del momento, es una experiencia sensorial. Después me interiorizo, leo mucho sobre los temas que me inspiran. 


"La parte que menos me gusta de ser diseñador es que me reconozcan en el supermercado", reconoce.


Organza de seda, cuero de oveja, sedas etéreas, tules, cristales y vidrios antiguos conformaron la colección Nereidas, inspirada en la escultura de Lola Mora. 


Su colección primavera-verano que se vio en Bafweek será la misma que se verá en New York Fashion Week, aunque Giacobbe quiere agregar una prenda nueva. 


"Yo pensaba que estar en Semillero UBA y mostrar mi colección no me iba a repercutir en nada". Desde que en 2009 mostró su colección por primera vez, Marcelo Giacobbe no paró de crecer.
Es uno de los diseñadores nacionales que más prometen.


"Los vestidos hablan, se comunican. Te dicen si les hace falta una piedra más o si ya es suficiente", opina. 


"Nunca había llorado al final de un desfile, pero esta vez me emocioné", dijo sobre su desfile en Bafweek.


Dan ganas de zambullirse en los percheros del atelier.


Mis elegidos de Marcelo Giacobbe. Este vestido lo usó Carla Peetrson en la tapa de la revista Hola.


"Te gustan todos los rosas", me hizo notar Marcelo. 


Detalles.


Vestido de cuero calado con apliques de flores.


Ellas esperan a ser vestidas.



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