jueves, 23 de mayo de 2013

De escudos y armaduras

Mirando ayer un programa de cambio de look - el típico 'No te lo pongas' o algo parecido - la frase 'una imagen vale más que mil palabras' cobró una dimensión que no sabía que tenía en mi cabeza.

La elegida del día era una joven productora musical dueña de su propia empresa. No recuerdo su nombre, pero no se me borra de la mente el look aniñado que tenía. Parecía un chico pre adolescente, de esos que no salen de su cuarto porque dedican su vida a jugar en la computadora. Su socio se quejaba de la imagen que ella proyectaba, y afirmaba que el negocio se veía perjudicado ya que los clientes no la tomaban en serio. Y todo por la manera en la que la mujer se vestía.

"Me parece que están exagerando. Mi apariencia no tiene nada que ver con mis capacidades profesionales", se defendía la mujer frente a sus amigos que rogaban que ya era tiempo de vestirse como lo que es: una mujer de negocios de 28 años. Su observación es valedera y a priori estaría de acuerdo con ella, pero es innegable que la primera impresión es la que cuenta. Las segundas oportunidades existen pero, ¿para qué tentar a la mala suerte?

Para que la mujer se diera cuenta de la magnitud que la imagen tiene frente a ojos ajenos, la asesora de imagen - que también era la conductora del programa - le propuso un juego: luego de ver a seis mujeres en una vidriera, ella tendría que elegir qué puesto de trabajo le daría a cada una. Una sería la niñera, otra la encargada de la limpieza, una paseadora de perros, una ejecutiva de cuentas, una publicista y la última, una productora musical, tal como ella.

El resultado fue esclarecedor. La mujer eligió como paseadora de perros a la chica que estaba vestida igual a ella: buzo holgado, gorrita de lana, jeans rotos y zapatillas sucias. Su cara se transformó cuando la conductora le comunicó que esa chica era, en realidad, médica. "Si no sabés su verdadera profesión, ¿le confiarías tu vida a ella?", la apuró la conductora. Respondió que no sin titubear. "¿Ahora ves la importancia que la ropa tiene para crear identidades?", retrucó la conductora. No hubo más preguntas.

De esto hablo cuando me refiero a que las prendas ayudan a construir la imagen que queremos - o no - dar. La productora musical necesitó verse reflejada en otra para entender que la imagen que proyectaba no se correspondía con su profesión. Los antiguos guerreros usaban escudos y armaduras para protegerse de las armas enemigas y de una manera bastante parecida, la ropa cumple el mismo objetivo. Sólo hace falta ser consciente del poder que la imagen posee.







2 comentarios:

  1. Maravillosa tu síntesis y tu bajada a la realidad. Agregaría que del ridículo no se vuelve pero tu mensaje es mucho más completo.
    ¡Felicitaciones!
    Saludos
    Paula

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  2. Gracias Paula por tu aporte y por leerme.
    Cariños!

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