viernes, 13 de septiembre de 2013

Cuando sea grande quiero ser...

Le tengo miedo a la vejez. Un temor compartido por la mayoría, supongo. No sólo me altera el deterioro físico, sino también el hecho de que cuando sea viejita estaré un paso más cerca de la muerte, del fin del juego.

"La muerte es la única certeza que tenemos, por eso es que necesitamos de proyectos y planes a futuro que nos motiven para vivir sin angustia", me dijo una muy amiga al pasar mientras tomábamos mates en una de estas noches de veranito anticipado.

Estábamos hablando del trabajo, de cómo crecer profesionalmente, de nuestros proyectos personales y me tiró esa frase. No es de ella, sino de Gabriel Rolón, el psicólogo más mediático de la Argentina. Me quedé pensando en ese conjunto de palabras, en la muerte, la vejez. 

Pensar en la vejez y en la muerte me asfixia porque es inevitable, nadie escapa. Me altera saber que no las puedo manejar, que no dependen de mí. Simplemente suceden, lo quieras o no. Me pintó el bajón un viernes, no lo puedo creer. Disculpen.

El punto es que estaba con estas ideas en mi cabeza cuando redescubro un blog que me hizo dar cuenta que envejecer, después de todo, no se ve tan mal. Estoy hablando de Advanced Style, cuyo creador es el fotógrafo Ari Seth Cohen. 

Las protagonistas de Advanced Style son señoras adultas que hacen realidad la trillada frase de que 'el estilo no tiene edad'. Les creo. Son mujeres con arrugas - basta de la pavada de decir 'líneas de expresión' -, canas, piel floja, dientes postizos. Son señoras que han envejecido por fuera, pero que por dentro siguen siendo mujeres vanguardistas. 

De vez en cuando me cruzo con mujeres así en Buenos Aires y no puedo evitar clavarles la mirada, recorrerlas enteras. Usualmente también les sonrío, en un intento de comunicar mi admiración. Recuerden que yo vengo de Chacabuco, una ciudad en la que las personas consideran 'atrevido' el uso de una chaqueta con flecos. De más está decir que no existen mujeres así en mi pueblo.

Cuando trato de reconocer el momento en el que la moda comenzó a gustarme, siempre pienso en mi abuela Rosita, Tati para mí. Fue siempre muy coqueta: tenía una piel envidiable, ojos verdes, una vitalidad contagiosa, muy buen gusto y no salía a barrer la vereda si no tenía al menos un toque de rouge. Tenía un charme innato, una gracia natural. Era preciosa. 

En su cuarto ostentaba un placard de madera tallado a mano que me hipnotizaba cada vez que dormía la siesta con ella. Cuando no me veía, abría las puertas, divisaba los tapados de piel y hundía mi cara en ellos. Siempre olían a naftalina. Quizás allí comenzó esta relación idílica que tengo con la moda. 

Haré todo lo posible por envejecer como mi abuela Tati y como éstas señoras y quizás así, el paso del tiempo no me genere tanto miedo. Cuando llegue ese momento, seguramente usaré el prendedor de strass que mi Tati una vez me prestó. Creo que sabía que nunca se lo devolvería.  


Todas las imágenes pertenecen al blog Advanced Style

















5 comentarios:

  1. me encantan.
    esas caras naturales, o casi. cuidadas pero no deformadas.

    tengo varias fotos de streetstyle de mujeres gdes q se dejaron las canas, ya las voy a publicar.

    a mi morir no me importaba, hasta q tuve hijos.
    ahora sí me angustia la idea.

    janajanitajana.blogspot.com

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  2. Gracias por compartir tu punto de vista Jana!
    Espero con ansias las fotos de tus mujeres grandes.
    Beso!

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  3. Gracias a Jana conocí este blog, Me encanto y este post mucho mas!!!
    Felicitaciones Lucia!
    Beso grande.

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  4. Rox, gracias a vos por tu buena onda :)

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