viernes, 19 de julio de 2013

Yo, mi otro yo y las demás

"Hay diferentes maneras de ser vos misma, ¿no?", reflexiona Betty Halbreich en un artículo del diario inglés The Telegraph. Tiene 85 años, es personal shopper (comenzó cuando nadie sabía que eran necesarias) y en su larga vida fue estilista de Meryl Streep, Sarah Jessica Parker, Joan Rivers y Esteé Lauder, entre muchas más.

Mastico esas palabras, me dan vuelta por unos minutos, y sí, estoy de acuerdo. ¿Podemos hablar de un único estilo personal? ¿O sería más apropiado hablar de los diferentes estilos que conviven y dan nacimiento a otro nuevo: más versátil, camaleónico, transformable? 

Como si fuésemos cubos mágicos en el que cada uno de los seis lados es una faceta diferente de nosotros mismos, los distintos estilos que coexisten nos permiten jugar hasta encontrar la combinación perfecta. Si cambian los cuadraditos de colores - así sean pocos -, todo cambia. 

Pienso en mi/s estilo/s y a grandes rasgos, reconozco tres: uno rockero-glam (mucho cuero, algunas tachas, flecos), otro más elegante y femenino (blazers, trench, camisas blancas, botas con taco, boca roja, mucho negro, accesorios dorados) y uno urbano (ropa cómoda, jeans, borcegos). Tres Lucías en un sólo cuerpo: un estilo que combina con cada ocasión, con cada estado anímico, con cada tarea laboral de esa jornada. 

"Muy poca gente encuentra su propio estilo, y si lo han hecho, ya están cansados de él", agrega Betty. ¿Alguien se arriesgaría a firmar un contrato de exclusividad con un solo estilo? El actual no es el mismo de nuestra adolescencia, ni lo será comparado al que tendremos a los 50. Cambia el cuerpo, las actividades diarias, y con ellos, la ropa que nos acompaña. 

No sé cómo me veré a los 50, lo que sí espero (y deseo) es que aún conserve las ganas de jugar a ser otras Lucías. 



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