El diario Clarín publicó el 20 de septiembre una nota de opinión que desnuda una idea misógina y anticuada. El artículo cuestiona la elección de la presidenta argentina: "Seguramente, en la próxima podrá hacer los ajustes para que (las calzas) le queden mejor, mirándose al espejo, recordando su investidura y pensándolo dos veces: ¿en lugar de una calza tan al cuerpo no sería más coherente un chupín, su variante más holgada?", se lee. Incluso la revista Noticias le dedicó su portada a las calzas de la presidenta.
La repercusión que tuvo el caso de la Presidenta evidencia una falta de igualdad de género que retrasa años de lucha feminista. El escrutinio que sufren las mujeres que están en la política brilla por su ausencia cuando se trata de los hombres políticos. Pocas veces se ha visto que ellos sean juzgados por elegir tal o cual corbata o uno u otro traje.
El sitio web que lucha por la igualdad de género, Name It Change It, propone un cambio para evitar que estos casos se repitan. "La norma del reverso, la que nos dice que si el término o pregunta no tiene sentido si lo usamos con un político, no debería emplearse con una mujer. Es asombroso cuánta cobertura informativa sobre las candidatas es absolutamente ridícula si se preguntase a un político. Por ejemplo: ¿Qué pasa con todos esos trajes, Senador?", se pregunta el diario El País.
Además, este sitio publicó el pasado abril un estudio que afirma que cuando el look de una mujer política se pone bajo la lupa, su imagen personal se verá perjudicada, y en consecuencia, menos votantes simpatizarán por ella. "Si los medios de comunicación mencionan el atuendo o cómo va vestida una aspirante política, su campaña electoral se verá pejudicada y tendrá menos oportunidades de conseguir el triunfo. Da igual si se hace un comentario neutro y simplemente se describe lo que lleva puesto, si se alaba su buen gusto o se critica su indumentaria", especifica El País.
El caso de Cristina Fernández de Kirchner no es el único. Angela Merkel, a cargo del gobierno alemán, se sintió obligada a dar explicaciones luego de que el escote de un vestido que eligió para ir a la Opera generara repercusiones amarillistas. "Merkel saca pecho", "Merkel enseña escote", eran los titulares que se leían en los principales medios de comunicación alemanes. "No esperaba provocar tal furor con el traje de noche, que no era más que un intento de salir de la rigidez del vestuario de un jefe de Gobierno en una noche de ópera", se defendió Merkel.
Otro caso es el de la presidenta del FMI, Christine Lagarde, quien fue duramente criticada por comprar vestidos de Alta Costura de Chanel. ¿Alguna vez le han preguntado a un presidente o senador cuánto sale ese traje que tan bien le sienta? El look de Hillary Clinton también fue reprobado, pero esta vez, por estar demasiado desprolija. La prensa estadounidense la juzgó por no llevar maquillaje durante un viaje a la India, y remarcó que "se veía cansada y abatida". Ni siquiera las críticas son coherentes.
La Presidenta argentina y las calzas que tanto revuelo causaron
El comentario en su cuenta de Twitter
Angela Merkel tuvo que soportar el acoso de los medios por su elección de vestimenta
Hillary Clinton fue atacada por no usar maquillaje durante un viaje a la India
Christine Lagarde usa Chanel y la critican por eso
Michelle Obama usó zapatillas Lanvin y la prensa la juzgó
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